miércoles, 13 de mayo de 2015

LOS REPORTERITOS DEL ARROYO ILUSTRAN SUS SUEÑOS


Los niños participantes del programa Reporteritos del Arroyo, de FUNDEHI, ilustraron sus sueños y parte de lo que perciben a través de sus realidades, entre estos, es evidente lo significativo que es para ellos  la naturaleza, los animales y la reportería. 

Palenke: los negros en la ciudad rompiendo estereotipos a través del arte y su cuerpo

A través del arte en la ciudad se rompen cadenas, una propuesta comunicativa contra el racismo: Palenke

@CorzoJessenia
La ciudad es el escenario perfecto para poner a confluir pensamientos, formas de vida, costumbres arraigadas, diversas gastronomías regionales, muchas formas de vestir, es la mezcla de todo un país. En una ciudad como Bogotá la diversidad étnica y cultural del país es latente y los negros hacen parte de ella. En el documento del DANE de mayo del 2007 Colombia Una Nación Multicultural se afirma que “la población negra o afrocolombiana se puede diferenciar cuatro grupos importantes: los que se ubican en el corredor del pacífico colombiano, los raizales del Archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina, la comunidad de San Basilio de Palenque y la población que reside en las cabeceras municipales o en las grandes ciudades”.
Puerto Tejada Cauca, municipio que se ubica en el departamento del Cauca en la región pacifica, está ubicada dentro de los cuatro grupos importantes que anteriormente se hacía mención, de donde es Alba Nelly Mina de Arrechea, una mujer que se auto-nomina como negra, cimarrona, y descendiente de ancestros africanos. Alba Nelly llegó a Bogotá hace 23 años y desde 1989 trabaja con población afrocolombiana radicada en la capital. Todo inició con una guardería que se llamó Niños del Pacífico que acogía a los niños de sus conocidos y familiares negros que habían tenido situaciones o inconvenientes en la ciudad al igual que ella, tales como: rechazo, no les arrendaban, los excluían, no les daban cupo en las instituciones y se les segregaba.
Cierto día llegó su hija de cinco años, Maribel, del colegio y le dijo: “mamá quiero que me corte la cabeza y me ponga una blanca porque en el colegio me dicen muchas cosas” Es entonces que esta admirable mujer se dio cuenta que en primer lugar, es negra y que en segundo lugar, es pobre y decide, por tanto, trabajar para visibilizar que lo negro no es malo, que también tienen derechos. De allí que uno de sus primeros poemas fuera: señores qué me marcó cuando llegué a Bogotá, que me gritaran negra con tanta frialdad.
Nelly, desde ese día escribe poesía con el fin de visibilizar el racismo y generar un lenguaje incluyente, otro de sus poemas es: Tú, Él, Nosotros, Vosotros, Ustedes, Ellos y Yo venimos de raíces Africanas. Hoy somos colombianos, descendientes de Africanos, arraigados con una historia de nuestros antepasados. Con un legado cultural, instrumento de chontas y canutos, el piano de la selva, a la Marimba le llamamos. Las prácticas culturales y comunicativas que realiza el grupo auspiciado por Nelly son: la poesía, el canto, la música, la danza, entre otras.

Por otra parte las situaciones o inconvenientes que se mencionan anteriormente son catalogadas como un Racismo de Baja Intensidad, término que Jorge Iván Jaramillo, docente e investigador de la Universidad Santo Tomás, recurre para caracterizar la situación en la que viven las comunidades negras en Colombia. Imaginarios o representaciones sociales como “lo negro es malo” “la negra vida que me tocó” entre otros, es un claro ejemplo del racismo de baja intensidad.

Los jóvenes que recibió Nelly para la conformación de la guardería –que ya no existe- hoy hacen parte del Grupo de Danza y Música Palenke, constituido en el año 2000, el mismo año en el que se cierra la guardería por razones netamente económicas, pues Nelly no tenía como mantener ésta. Es un grupo de jóvenes afrolatinos que buscan rescatar la herencia africana por medio de danzas ancestrales. Ellos se auto-nominan como afrolatinos, porque son descendientes afro, pero nacidos en la capital y hacen parte de la población afrocolombiana del país. De acuerdo con el censo DANE 2005, la población afrocolombiana alcanzó 4.311.757 personas lo cual equivale al 10,6% de toda la población en el territorio nacional.

Algunos espacios de Bogotá han sido testigos de lo que hace este grupo, pero en especial una localidad, Bosa. Allí los jóvenes se reúnen semanalmente en el barrio Betania, para llevar a cabo prácticas comunicativas, mediante actividades culturales tales como la danza, la música, el canto y la poesía. Su finalidad es que, a través del arte y la cultura ellos puedan ser visibilizados y, a su vez, visibilizar las problemáticas sociales de los negros en la ciudad producto del racismo de baja intensidad.

Con el arte y la cultura el cuerpo se convierte en el instrumento de comunicación más importante para Palenke. Para contrarrestar el flagelo del racismo que vive la población negra, el cuerpo se convierte en el objeto solucionador de conflictos para mitigar el racismo. Soy negro, pero estoy acá y danzo, pero también puedo producir conocimientos, pero aún así los movimientos o lo que se refleja del cuerpo en muchas ocasiones, sin la necesidad de una palabra, se queda en las memorias de las personas, haciendo que su recuerdo se perpetué  en el proceso de historia cíclica del país, como afirma Pilar Riaño Alcalá, Postdoctora del Instituto Colombiano De Antropología E Historia – ICANH, “el arte es interacción y en tanto gesto colectivo es portador de valores colectivos y comunicador de asuntos sociales”.

El Grupo cultural de Danza y Música Palenke ha abierto las puertas de su casa para realizar nuestro ejercicio de investigación de sexto semestre, a través de la Investigación Acción Participativa (IAP). Por medio de la cual hemos podido evidenciar problemas de comunicación al interior del grupo, y propuesto como solucionador de conflictos el arte, es decir, por medio de algo que ellos hacen cotidianamente ser el puente para que no se desintegre el grupo, ya que para ellos como afirma Julián David García, integrante de Palenke, “es una manifestación cultural, espontánea y libre, que permite expresar sentimientos e intenciones dadas por el momento, con la música, danza, fotografía. Considerando que es un mecanismo de auto-reconocimiento pues en cada una de sus manifestación se debe identificar lo que sucede en cada persona, en cada población, en cada cultura. Además puede ser mediador y ser tomado como estrategia para la resolución de conflictos o proyección profesional”.


Es por ende que la participación dentro del grupo nos ha permitido no solamente vivir el arte de la forma que ellos lo viven en su cotidianidad, sino también la forma cómo se puede implementar estrategias que medien conflictos en las colectividades.