Por: Daniela Moreno y Alexandra Gámez.
Relatos precolombinos componen el origen de la
localidad de Usme y conservan una narrativa meramente muisca.
Al son de la
calma y en un armonioso reposo, dos dioses descasaban en un gran vacío y les
esperaba un largo recorrido; la diosa del amor sin más preámbulos, despertó al
dios de la sabiduría para que emprendiera ese extenso viaje que constituiría la
esperada creación. Por tanto, los dos a través de distintos tejidos
interconectados, caminaban con el propósito de llegar al centro para reposar del
prolongado recorrido. Y así fue, los
dioses llegaron a su centro y de ahí, se desplegaron tres plumas que
simbolizarían la creación, la diosa del amor y el dios de la sabiduría.
Y son esas
plumas que reposan en tres piedras en la montaña de la creación situada en la
localidad de Usme donde los Muiscas convivían con el
territorio y se enfrentaban por el poder del mismo. A
causa de esto, el cacique Saguan machica perdió a su hija para ganar su pueblo
en el año 1480, cuando el cacique de Ubaque, con el fin de conquistar a la
joven Usminia, quemó el pueblo y se la llevó lejos de su padre, quien al final
se convirtió en el primer zipa de Bacatá, pero nunca volvió a ver a su hija.
Y es allí, en esos relatos y a pocos metros de las “piedras
de la creación”, donde nace la Fundación Vida y Liderazgo en el año 1999, a
cargo de Carlos Moreno, con el objetivo de generar la sustentabilidad social de
los niños y jóvenes de la localidad de Usme, por medio de proyectos (agricultura urbana, escuela de comunicación, deportes y
escuela de artes) que construyan
espacios solidarios con la comunidad e incentiven una conciencia crítica. Un
lugar donde la familia no se define por los apellidos, sino por la forma en la
que los adultos se vuelven niños y los niños les enseñan a los mayores; d todo
el mundo es bienvenido porque las limitaciones no existen: no importan si eres
blanco, negro, mestizo, Muisca-Chibcha, etc.; si crees en Dios o en el poder de
la Pacha Mama; si te gusta el “Heavy Metal” o si prefieres el “Rap”; si llegas
del sur, del norte, del oriente o del occidente, porque lo verdaderamente
importante es la voluntad y el deseo de aprender en medio de la realidad de un
lugar con problemas y conflictos sociales. Y aunque ya no queda esperanza para la
transformación de su contexto, los niños y jóvenes de la Fundación aún creen en
el cambio para los que llegan y para sí mismos.
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